Arqueolingüística del ‘Carro’ y la ‘Rueda’ entre Iberos y Eskuardun.

Georgeos Díaz-Montexano, Vitalitius Accepted Member of The Epigraphic Society
A propósito de la rueda y el carro. Siendo estos tan importantes en cualquier cultura de la antigüedad (era la máxima tecnología en el transporte y en la guerra), deberían aparecer en el léxico ibérico (más de 3000 documentos ibéricos), aunque sea mencionados una vez, más aún teniendo en cuenta que la léxico-frecuencia de los textos de antiguas civilizaciones demuestra que son términos de alta frecuencia a moderada, y lo mismo sería esperable entre los iberos. De hecho, se han encontrado algunas ruedas y otros posibles elementos de carro en una docena de tumbas ibéricas del siglo IV a.C., siendo la mayoría de Andalucía Oriental (Bastetania), a las que hay que sumar el reciente hallazgos de Córdoba.
“Los datos arqueológicos indican claramente que los iberos emplearon a menudo el carro de dos ruedas y varales, tirado por équidos o bóvidos, como medio de transporte. Los caminos de acceso a poblados a menudo muestran, profundamente marcadas en la roca, las huellas de las rodadas de las pesadas llantas de hierro de los carros (Castellet de Bernabé o Castellar de Meca en Valencia); estas rodadas indican anchos de eje entre ruedas de en torno a 100-130 cm., mucho menores que los 150-200 cm. de los carros de guerra del Próximo Oriente. Igualmente, en algunos poblados se han hallado restos de ruedas similares a las de las tumbas, o más habitualmente de otras macizas o de reja: es el caso del Amarejo en Albacete (dos ruedas macizas, s. III a.C.), del Cerro de la Cruz en Córdoba (s. II a.C.) o Montjuich en Barcelona (ss.IV-II a.C.?).”1
LÉXICO-FRECUENCIA
He buscado en todo el corpus ibérico y solo aparece un caso que se podría considerar cognado de una de las varias formas que el Eskuara ha conservado para ‘rueda’ y ‘carro’. Por cierto, todas ellas (salvo una para carro y otra para rueda de claro origen latino o céltico) están convincentemente relacionadas únicamente con las lenguas Altaico-Túrquicas.
Hace un tiempo hice una búsqueda macro-comparativa entre todas las familias de lenguas del mundo, y, una vez más, los mejores (en realidad únicos) correlatos para los términos en Eskuara denominan al ‘carro’ y a la ‘rueda’ que se consideran como antiguos, no copiados del latín ni de lenguas célticas, aparecieron en las lenguas transeurasiáticas-altaicas, especialmente entre túrquicas y mongoles, salvo para los dos únicos términos que ha conservado el Eskuara de origen latino: arroda ‘rueda’ (Del romance roda o castellano rueda, por vía del latín rota) y karro‘carro’ (Del romance o castellano carro por vía del latín carrus, o bien directamente desde una lengua céltica). Aquí podéis leer un breve artículo con los resultados de las comparanda: https://atlantisng.com/…/el-origen-transeurasiatico…/
Resulta más que esperable que en unos ya 3000 documentos registrados en el corpus de epigráfico ibérico exista al menos una o dos menciones al carro y a la rueda, dada su relevancia como símbolos de poder o de alto status social, pero apenas tenemos un posible caso, muy difícil de poder inclusos defender. Por consiguiente, si ni siquiera tuviéramos ese posible caso, estaríamos ante una ausencia en textos iberos de cognados verosímiles de los términos eskuarak, y ello solo se podría interpretar como que el Ibero no es una lengua pariente cercana del Eskuara, lo cual no debería extrañarnos, dado que todas las comparativas de léxico-frecuencia y léxico-estadística entre el Ibero y el Eskuara han revelado que no hay coincidencias, apenas unos pocos casos (contados con los dedos de una mano), y que, no por mera casualidad, estas escasas “coincidencias” (de momento solo homofonías) se dan entre términos que son frecuentemente copiados o adoptados entre familias de lenguas diferentes. Es decir, que solo demostrarían, en el mejor de los casos un copiado o “préstamo” lingüístico en una de las dos direcciones.
Solo las voces del vocabulario básico (ya sea de la lista corta de Swadesh de 45 voces, o de la más larga de 200 voces) sirven para demostrar parentesco lingüístico de algún nivel, desde cercano (lenguas madre e hija o hermanas) hasta lejano (lenguas primas primeras, segundas terceras, cuartas, etc.).
Sin embargo, siendo el carro y sus ruedas algo de seguro importante entre los iberos (como lo demuestran algunos hallazgos en tumbas, en vasija decorada y en exvotos de bronce), aunque solo fuera como símbolo de poder o de alto status social, lo más probable es que los términos que tuvieran los iberos, fueran los mismos, o muy parecidos (Cuando menos uno de los usados para ‘carro’ y otro de los usados para ‘rueda’) a los que ha conservado el Eskuara claramente relacionados con las lenguas transeurasiáticas-altaicas, dado que la lengua ibera (al igual que la eskuara) con quien más correlatos comparte es con tales lenguas transeurasiáticas-altaicas. No obstante, de momento, solo podríamos hablar de un posible correlato con una de las formas eskuarak, me refiero a las formas iberas oŕgaś y oŕgei, que podrían relacionarse con el Eskuara orga ‘carro, vagón’, como veremos a continuación.
OŔGAŚ Y OŔGEI ¿’CARRO’ EN IBERO?
En los textos ibéricos aparece un solo caso con la forma oŕgaś (B.07.08) que sería un perfecto cognado del Eskuara orga ‘carro, vagón’, pero al estar en una vasija, junto a un antropónimo marcado con la típica sufijación de genitivo+pronombre personal de primera persona/verbo auxiliar “soy (de)” o DEIXIS “Esto es (de), es difícil defender que se trate de un cognado de dicha forma eskuara para ‘carro, vagón’, aunque no del todo imposible, si asumimos como probable que ese oŕgaś ibérico, que aparece en la vasija (separado por un espacio equivalente a dos o tres letras) del antropónimo, significara, por ejemplo, “el carretero” o el “auriga”, y estuviese siendo usado como un apelativo o alias.
Otra posibilidad sería que el lexema ibero o̱ṟ́g̱e̱i̱/o̱ṟ́ke̱i̱, que Ferrer i Jané (2009) cree que expresaría el numeral veinte (basándose en el Eskuara ogei), en realidad sea el término para ‘carro’ en Ibero, compartiendo así parentesco de léxico heredado con el Eskuara orga ‘carro, vagón’ [Cf. Siberiano: *org “trineo” (Morvan, 2015), Urálico Mari: or̃’βa (orba) ‘carreta, vagón, carro’) < Proto-Eskuara: *orga < Proto-Eusko-Ibero: *orba. < Pre-Proto-Túrquico Occidental: *arba. Nótese que en el Euskara es común el intercambio fonético entre /b/ y /g/. Es, de hecho, una de sus características más típicas.]
Así pues, términos como o̱ṟ́g̱e̱i̱ḇa̱ṟ́[oŕgeirur oŕgeibaŕban juntos en un mismo ostrkaón de cerámica (C.22.02), bien podrían estar haciendo referencia a distintos tipos de carros, carretas, vagones, carruajes, etc. De hecho, sería más esperable que oŕgei fuera un término para ‘carro’ que para el numeral veinte, dada su mayor presencia en contextos que no son comerciales (solo en un caso se puede considerar que el texto es realmente de tipo comercial), y sobre todo por hallarse en una gran estela funeraria/memorial de tipo monumental con representaciones simbólicas de animales, un posible grifo, objetos enigmáticos y manos cortadas, donde nada indica que sea lógico esperar un numeral como veinte, pero sí parece más verosímil esperar que se mencionase un ‘carro’ (oŕgei), o varios, dado el papel de este en algunos contextos funerarios ibéricos como símbolo de poder y de élite.
De hecho, si la monumental Estela de Binéfar (Huesca)2 hubiese pertenecido a una tumba (lo que al parecer pocos contemplan), se trataría de un individuo de muy alto rango, bien de la nobleza o de la misma realeza, por lo que es más que verosímil esperar que en su tumba se hubiera incluido un carro (oŕgei), o al menos partes del mismo, y que, por tanto, se mencione dicho carro en la estela. De hecho, si realmente lo que le sigue, laur, se corresponde con el numeral eskuara lau/laur “cuatro”, se podría estar haciendo mención a “cuatro carros”.
Nótese que la secuencia (perfectamente separada de otras por puntos) es oŕkeikelaur, que si bien ha sido segmentada por Ferrer i Jané como “oŕkei ke laur” y traducida como “veinte (y) cuatro”, bien podría segmentarse como “oŕkeike laur”, literalmente: “carros cuatro”, o sea, “cuatro carros”, dado que en la mayoría de las lenguas aglutinantes eurasiáticas (al igual que en Eskuara), el numeral siempre se coloca (en la inmensa mayoría de los casos) tras el sustantivo que contabiliza, tanto si este está en singular como en plural.
No sería pues mera coincidencia fortuita que la terminación +ke se corresponda con una más que verosímil forma de marcar el plural +k(V), como en Eskuara y en las mismas lenguas Altaico-Túrquicas, donde +k(V) y +(V)k(V)es un afijo pluralizador y colectivizador. Son varios los paleohispanistas (entre ellos el mismo Ferrer y Orduña, entre otros) que aceptan que muchas de las palabras iberas terminadas en +kepodrían estar marcadas con tal sufijo pluralizador/colectivizador +k(V), como en el Eskuara +k. De modo que, “oŕkeike laur”, bien podría traducirse como “cuatro carros” (en el caso de que también laur significara realmente “cuatro”).
Si ese fuera el caso, estaríamos ante una frase que encajaría muy bien en un texto sobre una estela donde se podrían estar mencionando algunas (las más importantes al menos) de las ofrendas entregadas al destinatario de una tumba que con tal espectacularidad (sin parangón alguno conocido hasta la fecha en el mundo ibero), bien podría haber pertenecido a un príncipe, incluso a un rey ibero. Incluso aunque se tratase de un monumento no relacionada con una tumba, igualmente, se relevancia es tal que no sorprendería en absoluto que se hallase en la misma un término para ‘carro’.
Un posible término ibérico para rueda sería teŕketa o deŕketa, lit. “ruedecita” o “pequeña rueda”, formando de teŕke/deŕke ‘rueda’, más afijo de diminutivo +ta, más afijo de acusativo +i. Ambos afijos perfectamente explicables a través de lenguas Transeurasiáticas-Altaicas, en las cuales también tenemos para ‘rueda’ (y para ‘carro’ también) formas como el Transeurasiático-Altaico: *t`i̯olge ‘trineo, vehículo, rueda’; Pre-Proto-Mongol: *Tirga(n)‘trineo, vehículo, rueda’ (Cf. Mongol Medio: tergan(HY 17, SH), tirgän (MA), terge(n)) < Transeurasiático-Altaico:: *t`i̯árko / *t`i̯órk`a? ‘carreta, > vehículo’ (Cf. Eusk. txirrika‘rueda’) > Coreano: *tằrkó ‘carreta ligera’; > Proto-Tungúsico: *turki ‘trineo’, Tungúsico: tərgən, Skaha Túrquico: teliege, etc.
Deduzco la existencia en Ibero de teŕke/deŕke con el significado de ‘rueda’, sobre la base del productivo principio de “contexto favorable”, dado que hallo esta forma escrita justamente sobre un pequeño disco o rueda con su eje central hecho de mármol blanco, hallado en el sitio de Empúries, L’Escala, Girona (C.01.08). La secuencia en scriptio continua es sorseideŕketaiḿi, que se puede segmentar como sorsei deŕketai ḿi“Soy la pequeña rueda de Sorsei” o incluso puede que “Soy (o Ésta es) la pequeña rueda de la suerte”, si comparamos el lexema sorse con el Euskara zori/sori < Pre-Proto-Eskuara: *sor/*zor ‘suerte’, ‘fortuna’. En tal caso, la raíz del lexema ibero sorse sería entonces *sor ‘suerte’, ‘fortuna’ y +se un afijo.
Otra evidencia de que teŕke/deŕke es un lexema, y con toda probabilidad un sustantivo, la tenemos en la secuencia teŕkékineŕtin/iku (Plomo del Pico de los Ajos, Yátova, Valencia, F.20.01), donde vemos que comienza justo por teŕké, que muy probablemente sería el mismo deŕke de la pequeña rueda de mármol, ya que en el plomo no se usó el sistema dual, pero en la rueda de mármol sí. Lo anterior es una evidencia firme de la existencia de un lexema que al menos comienza por teŕké/deŕké, porque al igual que en Eskuara, y como en todas las lenguas aglutinantes transeurasiáticas-altaicas, las palabras se construyen siempre comenzando con un lexema radical, al que se le van añadiendo afijos.
Esta evidencia en el Plomo del Pico de los Ajos, es las que nos permite segmentar la secuencia escrita en scriptio continua en la pequeña rueda de mármol, sorseideŕketaiḿi, como sorsei deŕketai ḿi, lo cual se confirma, también, en el hecho de que tenemos la palabra sorse bien aislada de otras dos palabras (por delante y por detrás) mediante puntos de separación en otro plomo, el hallado en El Tossal de Sant Miquel, Llíria, Valencia (F.13.02). Es decir, la seguridad de que sorse es un lexema, que en la pequeña rueda de mármol aparece afijada con +i (ACC), y que así nos permite establecer una clara división de lexemas o morfemas entre sorsei y deŕketai.
En otros textos tenemos posibles variantes del mismo lexema teŕke/deŕke con formas como teŕka/deŕkateŕka+ś/deŕka+s y teŕki. Por ejemplo, en un plomo claramente comercial (F.20.03) donde aparecen varios productos seguidos de su precio o cantidad, tenemos también teŕka/deŕka, igualmente seguido de una cifra numeral representada con un numeral simbólico, cuyo valor aún se desconoce. Es decir, que se podría estar indicando cierta cantidad de ‘ruedas’ o ‘carros’. Un plomo comercial es, desde luego, un buen contexto favorable como el de la misma rueda de mármol. Nótese también la consistencia entre todas estas formas, al llevar siempre vibrante marcada ŕ (posible vibrante múltiple). No se conoce ni un solo caso con vibrante no marcada o simple r.
Para finalizar, valga señalar que en las comparanda del léxico ibérico conservado en el corpus de inscripciones ibéricas con léxicos de todas las restantes familias de Eurasia y Afrasia no aparece tampoco ninguna forma que ni siquiera por mera homofonía se pueda relacionar con los antiguos términos para ‘carro’ y ‘rueda’, ni siquiera en la familia de lenguas indoirania-europeas, que han sido las más influyentes en la mayoría de las antiguas civilizaciones, y que en la misma península ibérica tuvieron representantes desde tiempos muy antiguos, a juzgar por la arqueotoponimia, desde mucho antes que iberos, vascones, aquitanos y proto-eskuardun mismos.
REFERENCIAS
1 UAM – Facultad de Filosofía y Letras – LA POSESIÓN DE CARROS y EL SIGNIFICADO DE SU COLOCACIÓN EN LA TUMBA: CONTRASTE ENTRE CULTURAS. EL CASO DE IBERIA. (s. f.). Universidad Autónoma de Madrid. https://www.uam.es/FyL/CIberia-IP-ElCarro/1446790187685.htm
IMÁGENES
Disco de mármol ibérico que podría estar representando una pequeña rueda descrita con el término teŕketa o deŕketa.
La monumental ‘Estela de Binéfar’, Huesca.
Ruedas ibéricas halladas en Montemayor, Cerro de la Horca, Córdoba.
Dibujo de un carro o carreta tirado por dos caballos en un vaso cerámico ibérico hallado en Elche de la Sierra (Albacete), datada en el s. II a.C. (Eiroa 1986).
Exvoto en forma de carro de dos ruedas tirado por dos caballos del santuario de “Collado de los Jardines” situado en el paso de Despeñaperros (Jaén).
Reconstrucción hipotética del “carro funerario” de Iliturgi (Jaén).
Fragmento de una rueda hallada en Sepultura 176 de Baza (Granada, Andalucía).

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