Georgeos Díaz-Montexano, Vitalitius Accepted Member of The Epigraphic Society
Moneda de Ildiŕgesken. Ex HSA-23790. Créditos: Coretech1
El gran lingüista español Javier de Hoz (RIP) publicó en 2002 en la célebre revista especializada Palaeohispanica, nº 2, uno de sus más interesantes artículos sobre la lengua ibera. Me refiero a ‘El complejo sufijal -(e)sken de la lengua ibérica’,2 donde el autor plasma por escrito lo que ya había expuesto en X Congreso nacional de Numismática (1999).
En este importante artículo, de Hoz nos da cuenta sobre cómo las leyendas monetales terminadas en –esken (sic) constituyen uno de los grupos más característicos que, citando sus propias palabras, “atestiguan un elemento morfológico de la lengua ibérica“3 Después de recordarnos cómo fue Longpérier en 1841, al parecer, el primero en percatarse de que tal sufijo tendría una función de genitivo, fue Schuchardt quien posteriormente, guiándose por el euskera, propuso su función específica como un sufijo para el genitivo plural. Como bien expone de Hoz a pie de página, se han ocupado del tema otros grandes eruditos como Beltrán, P.: 1942; Bähr G.: 1948; Vallejo, J.: 1946, 1950 y Michelena, L.: 1950, a los que añadimos, más recientemente, Untermannm, 1990: 175; Pérez, 1993: 34; Correa, 1994: 282; Faria, 2003: 319.
Apunta de Hoz que, “La idea de que la secuencia equivale a un gentivo (sic) plural se puede considerar un supuesto totalmente aceptado en la bibliografía actual que en general tiende a ver en ella un étnico”.4
Según de Hoz, las bases de su análisis parten de que el ibérico debe ser interpretado en la medida de lo posible por el ibérico mismo, que ese debe ser el principio que debe guiar la labor inicial y esencial de la segmentación, y que los paralelos con otras inscripciones debe ser una actividad secundaria.5
Javier de Hoz comienza ya a entrar en materia, como es de rigor, listando los ejemplos que van a ser analizados…
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