José Manuel Peque, editor de Memoria Hispana y licenciado en Filología Hispánica por la Universidad Complutense de Madrid | Scientific Atlantology International Society (SAIS).
Georgeos Díaz–Montexano, Vitalitius Accepted Member of The Epigraphyc Society | Scientific Atlantology International Society (SAIS).
La Historia y la Arqueología académica sigue considerando que el inicio de la escritura se produjo en Sumer o Egipto a finales del IV milenio anterior a Jesucristo. Sin embargo, este debate continúa abierto hoy en día, y hay quien apoya que la escritura de los sellos del Indo, descubiertos en Harappa, es aún más antigua que las anteriores.
Igualmente, se sigue considerando que a la Península Ibérica la escritura llegó con los colonizadores fenicios hacia el décimo siglo anterior a Jesucristo. Ellos fueron los que alfabetizaron a la población nativa y la empujaron hacia el “recto camino” de la civilización. Sin embargo, varios descubrimientos que se vienen realizando desde los últimos años del sigo XX hasta el presente están poniendo seriamente en cuestión esta idea, y cada vez son más las voces que defienden que entre muchas de las manifestaciones del llamado Arte Rupestre Esquemático del Neolítico y el Calcolítico, tanto en cueva como en rocas al aire libre, se hallan claros casos de inscripciones, es decir, de mensajes que fueron escritos con posibles signos de proto-escrituras lineales que bien podrían ser ya logofonográficas.
En 2012 un equipo de arqueólogos de Andalucía reporta el hallazgo en Íllora (Granada) de un fragmento de cerámica neolítica con una series de signos lineales que fueron tomados como meros motivos de un patrón decorativo.1 Sin embargo, tales signos bien podrían conformar la evidencia epigráfica sobre cerámica más antigua del mundo puesto que la antigüedad del sitio ―estimada por varios métodos― podría rondar los 6000 años de antigüedad.2
En este artículo, Jose Manuel Peque, editor de MH y licenciado en Filología Hispánica por la Universidad Complutense de Madrid, y Georgeos Díaz–Montexano, escritor con más de 25 años de experiencia en epigrafía y lenguas antiguas, ambos en nombre de la Scientific Atlantology International Society (SAIS), abordan el estudio de la posible evidencia epigráfica (¿ostracón?) hallada en Íllora (Granada) con la esperanza de que este sea considerado y revisado por los más acreditados expertos en epigrafía, filología y lingüística de la comunidad científica nacional e internacional.