Georgeos Díaz-Montexano, Scientific Atlantology International Society (SAIS)
Una inscripción sobre un megalito hallado en Cáceres que debió haber sido construido en algún momento entre la segunda mitad del IV milenio y el II milenio A.C., podría confirmar el fenómeno descrito por Manetón de cuando la luna se agrandó extraordinariamente en tiempos de la Dinastía III.
La inscripción se corresponde con el sistema ELA (Escritura Lineal Atlántica) que entre 1994 y 1995 descubrí por casi toda Iberia y costas del Atlántico europeo hasta las islas Británicas, Irlanda y Escandinavia, cuyas escrituras más cercanas (probablemente derivadas de este sistema usado entre el Neolítico y finales de la Edad del Bronce) son las escrituras conocidas como líbicas, líbico-beréberes y libio-canarias.
Dolmen de Trincones I.
Junto al símbolo de dos cuerpos astrales brillando, uno más pequeño y otro más grande, casi el doble, con rayos que van creciendo de menor a mayor (para indicar una idea de movimiento o aumento de tamaño y esplendor), he descubierto, justo encima, a pocos milímetros, varios signos de esta escritura ELA que se pueden leer (usando lenguas afroasiáticas) como Me aR NeRNa o Me RNi RNi: “Cuando (entonces) se agrandó” o “Cuando (entonces) se agrandó y agrandó (o sea, se agrandó mucho o extraordinariamente).
En la foto que adjunto se puede ver los signos de la escritura ELA, semejante al Tifinagh Líbico-Beréber-Canario encima de los dos cuerpos astrales que interpreto como la luna con su tamaño de entonces normal (más pequeño) y a su lado, a la izquierda, aumentado su tamaño hasta casi el doble.
El texto, según la norma (en la mayoría de los casos), se lee de derecha a izquierda. Las tres vocales que se usaban en estos sistemas (a, i, u), casi nunca se representaban. Comienza por el signo que parece una herradura o media luna, es la letra M (Me = ‘cuando’) y continua con el círculo O (R) una barra o línea vertical | (N) otra O (R) ‘que, entonces, se’ y otra | (N), o sea, NRN (NeRNa) o bien, RN-RN (RNi-RNi) “agrandarse o aumentar de tamaño o dimensión algo”.
La misma voz aparece repetida en otro bloque continuo al mismo y con una grafía alternativa, usando anagramas o ligogramas típicos de las escrituras lineales líbico-beréberes, con lo que se confirma el concepto de ‘agrandamiento’ del ese cuerpo astral que bien podría ser la misma luna.
Teniendo en cuenta que el suceso registrado por el sacerdote egipcio Manetón aconteció circa el 2600 A.C., dentro del rango estimado (relativamente) para este dolmen extremeño, es bastante probable que esta inscripción haya sido escrita justo en la misma fecha, por lo que estaríamos ante una nueva evidencia epigráfica que confirmaría el mismo fenómeno descrito por Manetón, según los registros egipcios que él conocía.
La ciencia astronómica actual no conoce ninguna evidencia que permita sustentar algo semejante. Oficialmente, la luna lleva ocupando casi la misma posición o distancia con respecto a la tierra desde hace muchos cientos de miles o millones de años. Eso es lo que se cree y acepta. Pero es posible que realmente halla sucedido algún evento cósmico que hizo que la luna se acercara bastante más a la tierra hace justo unos 4600 años, poco antes de iniciarse la construcción de la primera gran pirámide, la escalonada de Zozer o Djeser. Y tal evento al parecer fue registrado también en Iberia, en este monumento megalítico de Extremadura.
Bibliografía:
Balance de un modelo integrador de Megalitos y Grafías Rupestres en el Tajo Internacional. P. Bueno Ramírez, R. de Balbín Berhmann y R. Barroso Bermejo, Vila Velha de Ródão, 2011, ACAFA On-Line, nº 4 (2011).
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