Georgeos Díaz-Montexano, Historical-Scientific Atlantology Adviser for James Cameron and National Geographic, Emeritus President of Scientific Atlantology International Society (SAIS), Accepted Member of The Epigraphic Society.
Debido a la importancia de esta aclaración acerca de en qué consiste realmente mi hipótesis atlante sobre los escudos de las Estelas de Guerreros del Suroeste -que sigo constatando no ha sido aún bien comprendida- he decidido publicar esta nueva aclaración. Sobre todo porque su extensión me obligaría a escribir muchos comentarios seguidos, debido al limitado espacio que se ofrece para responder en los grupos y páginas de facebook. Espero que esta aclaración cumpla su objetivo y se llegue finalmente a comprender qué es lo que realmente he propuesto sobre este tema, lo cual ayudará -en lo adelante- a evitar innecesarios debates que se producen, precisamente, porque al parecer muy pocas personas han leído mis escritos al respecto y se han quedado con la deficiente interpretación que se hizo de esta hipótesis en el documental “Finding Atlantis” de 2011.
Hace ya unos veinte años di a conocer en la que entonces era mi web oficial (y pocos años después en un número monográfico sobre la Atlántida de Abril de 2000 de la revista “Más Allá dela Ciencia” y en 2001 en la ya desaparecida revista “Atlantis. Enigmas de las Antiguas Civilizaciones”) mi hipótesis interpretativa sobre la decoración de algunos de los escudos de la estelas de guerreros del Suroeste (datadas por comparación en lo que se conoce como Bronce Final Atlántico) y su posible relación, cuando menos, con una tradición similar a la de la Atlántida.
Desde el primer momento la hipótesis consistió en vincular la decoración de algunos de tales escudos con el símbolo de la sagrada capital de los Atlantis. Años después, en 2009, el Dr. Richard Freund y National Geographic contactaron conmigo para que les asesorara en un documental que se pensaba realizar sobre mis hipótesis, entre otras, acerca de la Atlántida. En efecto, poco después el Dr. Richard Freund dio a conocer en el documental “Buscando la Atlántida” (Finding Atlantis), 2011, justo al final, como la evidencia más importante de toda la teoría, mi hipótesis al respecto, pero lamentablemente no fue presentada al completo (debido a que en el proceso de edición quedó fuera la explicación completa), y ello generó una confusión que derivó en un aluvión de críticas que se podrían haber evitado si la hipótesis se hubiera presentado correctamente, tal como se la expliqué, y como él mismo leyó en mis escritos.
Os dejo al final un artículo donde explico bien la hipótesis. Veréis como nunca negué que fueran escudos y que solo fueran representaciones simbólicas de la capital de Atlantis como erróneamente muchos siguen creyendo. Lo que propuse es que algunos de esos escudos (prácticamente la mayoría) de la estelas de guerreros del Suroeste estaban decorados con el símbolo de la capital de Atlantis, y que, por ello, en vez de tener una sola escotadura (como la tenían otros escudos del Mediterráneo) presentaban hasta tres para así representar simbólicamente el canal que en la capital de Atlantis permitía el acceso hasta el interior de la acrópolis central donde se hallaba el templo de Poseidón, justo en su centro, el cual es representado -también simbólicamente- en muchos de estos escudos justo como se describe en el Critias, como una edificación de planta rectangular. Incluso en algunos de los escudos no se usó el recurso de la triple escotadura (una por cada foso circular inundado de agua de mar ) sino que simplemente se representaron una o dos líneas rectas para indicar tal canal central que unía la acrópolis del circulo central con el exterior de los fosos y anillos, tal como se venía haciendo desde mucho antes en millares de petroglifos de la misma península ibérica.
Así que no tiene porque existir polémica en cuanto a si son o no escudos, pues en realidad nunca he negado que sean escudos, solo que algunos de esos escudos estaban decorados con el símbolo principal de identidad de los atlantes: el símbolo de la capital sagrada circular concéntrica de Atlantis. Lo mismo hicieron casi todas las civilizaciones antiguas, decorando sus escudos con símbolos que para ellos eran importantes, bien de su clan, tribu, nación, creencias, tradiciones, leyendas heroicas, divinidades, templos, etc. De modo que sí, por supuesto que son escudos, pero escudos decorados -por su parte exterior- con el símbolo de la capital de Atlantis, que sería un símbolo sagrado de identidad de estos guerreros. Esa es mi hipótesis.
En el referido artículo que enlazo al final, lo explico todo de modo más detallado y expongo ejemplos de cada caso y variante. También demuestro como en al menos dos de las estelas hasta se llegó a representar al mismo Atlas según la forma habitual en la que era representado en la antigüedad, tanto entre los egipcios (como el dios Schu, el que levanta o soporta el peso del cielo) como entre los griegos, bajo la forma del mismo dios Atlas o Atlante.
En cuanto a la cronología, ciertamente, una talla o grabado en una piedra de momento no se puede datar científicamente, salvo en aquellos casos (muy raros) en que sobre alguna parte de los trazos se halla acumulado algún tipo de pátina que contenga elementos que sí puedan ser datados. Pero que sepamos, en ninguna de las estelas del Suroeste, hasta el momento se ha detectado nada semejante y por tanto, ninguna ha sido datada por métodos científicos absolutos o casi absolutos. En este caso, el método que se usa es el comparativo. Se comparan los elementos que aparecen en las estelas con artefactos arqueológicos que sí han podido ser datados por contexto, por aparecer estos en estratos arqueológicos que han podido ser datados científicamente, bien por radiocarbono, C14 (en el caso de restos orgánicos, casi siempre muestras de carbón), o bien por termoluminiscencia (en el caso de la cerámica) o por colágeno (en el cao de huesos), entre otros métodos.
La mayoría de las espadas de la estelas de guerreros del Suroeste que se pueden reconocer, ciertamente se corresponden (en cuanto a su silueta) a las usadas en los tiempos de lo que se conoce como Cultura del Bronce Atlántico o del Bronce Final Atlántico, la cual se fecha entre 1250 AC y el 850 AC, y que según los arqueólogos, en su etapa final da origen a la civilización Tartessia. Por lo que estos guerreros representados en las estelas de guerrero del Suroeste con escudos decorados con el símbolo de la capital de Atlantis y con evidentes muestras de practicar (como los atlantes) algún tipo de culto al toro, al ser representados muchos de ellos con cuernos que les salen de la cabeza, no de cascos (¡en ningún ejemplo se ve que salgan de un tipo de casco, y cuando estos aparecen bien detallados nunca tienen cuernos), y que a su vez, también representaron al mismo dios Atlas/Schu en al menos dos de las más grandes e importantes estelas, y que por ello mismo identifico con un pueblo descendiente de los atlantes (o cuando menos que rememoraba una tradición similar a la de la Atlántida), serían pues los ancestros directos de los mismos tartessios, que también se expandieron justo por la mismas zonas donde se hallan distribuidas estas estelas de guerreros del Suroeste.
Esta parte de los guerreros con cuernos que le salen de las sienes (no de cascos) para así identificarse a sí mismos como “Guerreros-Toros”, la explico en el documental “El resurgir de la Atlántida” (Atlantis Rising), producido por James Cameron et alii, y dirigido por el varias veces premiado en festivales internacionales de documentales arqueológicos, Simcha Jacobovici, con guión para Iberia y el Atlántico basado en mis investigaciones, y que actualmente se está emitiendo en más de 171 países (en 40 idiomas), de modo que en la mayor parte del planeta todas las personas interesadas en estas investigaciones sobre la Atlántida ya se está enterando de lo que verdaderamente propongo como hipótesis al respecto, corrigiéndose así (en parte, porque lamentablemente no pudo salir todo lo que expliqué) la explicación anterior del Dr. Freund que no quedó del todo correcta y que ha sido motivo de mucha crítica y burla, precisamente por no haberse expuesto al completo, tal como la había explicado y tal como la habían leído los productores en mis escritos.
En fin, que espero que al menos mis lectores podáis comprender mejor cuál es la correcta hipótesis, para que así, en el futuro, cuando os refiráis a este asunto, evitéis que se os echen encima, porque resulta obvio que si se continua diciendo que no son escudos sino representaciones de la capital de Atlantis (por guiarse por la incompleta explicación que se hizo de mi hipótesis en el documental de 2011, Finding Atlantis), lógico que no pocas personas (especialmente arqueólogos o gente que respeta el método científico de la arqueología) se va a molestar, y con no poca razón y lógica, pues resulta del todo inadmisible que en estelas de guerreros que están armados, algo que aparezca junto a ellos con forma circular no pueda ser un escudo. Es cuestión de mero sentido común. Por supuesto que son escudos, pero algunos (más bien muchos) de ellos están decorados con el símbolo de la capital de Atlantis, y esta es la hipótesis correcta que he propuesto.
Tales círculos concéntricos y triples escotaduras o canal central que une el centro o acrópolis (con posible representación del templo de Poseidón) y el borde exterior de los mismos, y hasta una estela donde claramente se ve un pequeño carro (o barco) entrando justo por la entrada exterior del canal, o sea, por la escotadura exterior de las tres que señalan el canal de acceso a la acrópolis central en el mismo escudo, son datos muy vinculantes con la leyenda histórica (logografía) de la Atlántida. A partir de aquí, si alguien no quiere estar de acuerdo en que todo esto pueda ser explicado con la hipótesis atlante, y que todo ello no es más que una casual conjunción de “meras coincidencias”, pues -obviamente- está en su derecho, pero quienquiera que sea que no quiere aceptar anda de lo anterior, sabrá muy bien que es imposible sentar cátedra alguna en cuanto a cualquier interpretación simbólica o estética que se pueda realizar de cualquier elemento decorativo. Sí, podría ser todo un conjunto de “meras casualidades” o “meras coincidencias fortuitas”, pero también podría ser correcta la hipótesis que propongo. En cualquier caso, nadie puede saber, ni demostrar, al 100%, ni una cosa ni la otra, porque la arqueología jamás ofrece prueba científica determinante sobre el patrimonio inmaterial, espiritual y psicológico, o sea, sobre lo que realmente pensaban esos guerreros cuando decoraban sus escudos con tal símbolo, ni a qué leyenda, tradiciones, mitos o creencias respondía cada uno de los símbolos que los mismos usaban.
Muy pocas veces la arqueología (cuando no tiene textos antiguos donde se explique la materia en cuestión) puede decirnos algo, ni siquiera aproximado, sobre lo que que los antiguos pueblos realmente pensaban o en qué creían, pero, sin la menor duda, la arqueología (por muy científica que sea) no nos puede decir nada, o casi nada, sobre cuáles eran las tradiciones o leyendas que ellos conocían, ni cuáles eran los cuentos o leyendas que las abuelas o abuelos narraban a sus nietos. Si un pueblo como el de los guerreros del Bronce Final Atlántico del Suroeste conservaba la tradición de la Atlántida, o una muy similar a esta, precisamente la única manera que tenemos de conocer algo sobre tal tradición es por los símbolos que nos han dejado en sus estelas, porque de este misterioso pueblo no conocemos nada más. Ni siquiera conocemos bien sus asentamientos, templos o tumbas. Y si tenían escritura (algo que para mi es más que probable), oficialmente no se conoce, o mejor dicho, no se acepta que la tuvieran.
Así pues, ni el mejor catedrático de arqueología de todo el planeta podría invalidar como errónea (con verdadero argumento arqueológico) la hipótesis de interpretación que propongo de que algunos escudos de estas estelas de guerreros del Suroeste fueron (como pienso) decorados con el símbolo de la sagrada capital de la isla Atlantis. Hipótesis reforzada por la estela donde un segundo carro o barco (muy pequeño) fue representado justo de frente ante la entrada o apertura (primera escotadura desde el exterior) de uno de los escudos, que no por mera casualidad es precisamente el más grande en proporción con los demás elementos (guerrero, armas y carro, etc.) de la misma estela, de entre todos los hallados hasta la fecha. Es decir, que el carro o barco fue representado de modo tal que parece que está a punto de entrar por el canal central que permite al acceso a una ciudad circular concéntrica como la metrópolis de Atlantis que se describe en el Critias, y muy parecida a la que mucho antes ya existía en la primigenia Jaén (Marroquíes Bajos) del Calcolítico.
Como ya comenté en párrafos anteriores, la hipótesis se ve reforzada también con el hecho de que al menos en dos estelas se representó al dios Atlas/Schu de la forma típica en que ambas divinidades eran representadas por egipcios y griegos, con los brazos en alto y soportando bien el techo plano del cielo, a veces en forma de arco (en la tradición egipcia y arcaica griega) o la bóveda celeste representada como esfera en la tradición griega y egipcia tardía. En una de estos dos casos el posible dios Atlas/Schu aparece soportando el gran carro de la estela. El carro (La Osa) fue símbolo -precisamente- de las constelaciones circumpolares entre muchos pueblos antiguos, y soportar el eje polar del cielo (las estrellas circumpolares) fue nada menos que una de las funciones del mismo Atlas, “El Estrellero”, según antiguas tradiciones occidentales que registraron varios autores de la Antigüedad Clásica.
Mi hipótesis, a nivel de interpretación de los símbolos decorativos y otros elementos presentes en las estelas de guerreros del Suroeste, es consistente y coherente con antiguas tradiciones relacionadas con los atlantes y el mismo Atlas y su descendencia, y por tanto, es perfectamente válida. En cualquier caso, insisto, nadie en este mundo, ni el mayor de los científicos con premio Nobel, puede invalidarla desde el punto de vista arqueológico, de acuerdo a lo poco que sabemos sobre este enigmático pueblo del Bronce Final Atlántico. Sobre todo porque la arqueología no puede ¡ni podrá jamás! (a menos que se consiga realmente viajar en el tiempo), sin el auxilio de los antiguos testimonios escritos, conocer exactamente en qué pensaban realmente los antiguos pobladores de cualquier civilización antigua, ni mucho menos cuáles era las leyendas y tradiciones que ellos conocían y que durante generaciones les había sido transmitidas por sus ancestros.
Ni el mejor de los arqueólogos puede saber qué leyendas contaban las abuelas a su nietos, ni cuales leyendas o tradiciones eran celebradas en los rituales o festividades populares, ni cuáles leyendas, tradiciones e historias eran contadas y codificadas entre los mismos guerreros mediante los símbolos que ellos usaban tanto en sus armas como en sus vestiduras o tatuajes, por ejemplo. Nadie puede saberlo, de modo que el único recurso que le queda a cualquier arqueólogo que no le guste esta hipótesis (especialmente los que padecen de auténtica atlantofobia) es el de recurrir al tan manido y superficial argumento (que de paso sea aclarado no es para nada un argumento científico ‘per si’) de la “meras casualidades”, o “meras coincidencias fortuitas”.
Espero haber logrado el objetivo de que mis hipótesis al respecto sean realmente comprendidas y que en adelante se expongan correctamente. Algo tan simple como dejar claro que tal como acepto y expongo son escudos, por supuesto, pero algunos de ellos podrían estar decorados con el símbolo de la sagrada y legendaria capital de Atlantis. Así de simple.
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