Por Georgeos Díaz-Montexano, Vitalitius Acceptede Member of the Epigraphic Society,
President Emeritus of Scientific Atlantology International Society (SAIS)
Hace más de 30.000 años, al comienzo de la era paleolítica superior, un anónimo artista que vivió en una de las cuevas de Hohlenstein-Stadel situada en el Valle de Lone, Baden-Württemberg (Alemania), esculpió la imagen de un ser humano con cabeza de león. Un tipo de representación totémica y animista que no volveríamos a ver hasta muchos miles de años después entre los egipcios, con las representaciones de divinidades de cuerpo humana y cabeza felina como Bastet, diosa gata, Sejmet, diosa leona, y los mismos primigenios dioses Schu y Tefnut, que también fueron representados como dioses leoninos.
La estatuilla, tallada en marfil de mamuth, fue descubierta por el geólogo Otto Völzing en unas excavaciones arqueológicas, bajo la dirección de Robert Wetzelel (en la foto), el 25 de Agosto de 1939, pero su valor no se reconoció hasta treinta años después. Esta estatuilla esculpida en un colmillo de mamut claramente aúna atributos felinos y humanos. La parte felina está representado por la cabeza de una leona o un león y los brazos, que parecen formados como patas de león, mientras que la parte humana la conforman las piernas y los pies, así como la posición vertical o erecta del mismo ser híbrido. Debido a que la parte del sexo se ha conservado en forma fragmentaria, los especialistas no están seguros si lo que se representó fue una mujer leona o un hombre león. Después veremos si este punto se puede aclarar de algún modo.