Evidencias epigráfico-lingüísticas de un temprano comercio mediterráneo de azúcar.
Georgeos Díaz-Montexano, Accepted Member Vitalitius of The Epigraphic Society
Los soldados macedonios comandados por Alejando Magno fueron, según parece, los primeros en traer a Europa la caña de azúcar hacia finales del siglo IV a. C. Varios escritores clásicos del primer siglo aluden a la dulce savia de la caña india y al producto granulado, parecido a la sal, que era importado desde la India bajo el nombre grecizado: σάκχαρ (sákhar), latinizado como saccharum que tras prescindir de la declinación de acusativo (-um) nos lleva a un lexema que sonaría como saccar o sakar, como el persa شکر (shakar) y el malayo cakkarā (pronunciado: sakkarā) que a su vez derivan del sánscrito śarkarā ‘azúcar molida o en granos’. La mayoría de los los nombres para azúcar en los idiomas euroasiáticos y afrasiáticos, al parecer derivan (por vía arábiga) del persa shakar.
El comercio de azúcar en el Mediterráneo durante la antigüedad clásica y tardía es aún muy poco conocido. Solo sabemos por las fuentes clásicas (Pedanio Dioscóride, Plinio el Viejo, Galeno, Lucano, Varrón) que el saccar o sacchar (sakar) ya se conocía, aunque si hubo comercio del mismo, al parecer se trataría de algo minoritario mas bien exclusivo, debido a su alto valor y a un uso, al parecer, solo medicinal, al menos al principio. Si tal comercio exclusivo llegó ya en la Antigüedad Clásica hasta el extremo occidente del Mediterráneo es algo que -según me consta- no ha sido aún determinado por hallazgo arqueológico ni epigráfico alguno. Sin embargo, cuatro inscripciones ibéricas documentadas precisamente en ánforas del tipo Dressel 2-3, podrían ofrecernos el primer testimonio de dicho comercio en el occidente. Me refiero al lexema sakaŕ, que aparece en las citadas cuatro ánforas asociado a una cantidad numérica (que indicaría el precio o peso) y a una posible medida de peso que podría ser equivalente a la arroba, escrita precisamente como ŕuba. La combinación de ambos lexemas con cierta cantidad numérica solo aparece en las citadas cuatro ánforas (RAN16,p1.Vieille-Tolouse.XLIV 29, 36, 49, 53) halladas en Vieille-Tolouse (Haute-Garonne).